Por Luis Miranda
Puede parecer un título de Perogrullo, redundante. La verdad es que pone de relieve algo que, por obvio, a veces olvidamos: los jóvenes son el motor de la moda, son agentes de cambio, adoptadores tempranos que no temen a empujar los límites de las tendencias con sus estilos personales desenfadados y auténticos. Los jóvenes inspiran y hacen moda y, en Chile, cuentan con cada vez más herramientas, visión y espacios.
El fin de 2022 fue una época de condensar en presentaciones finales todo el trabajo de un año para dos escuelas de moda, de las que ya les habíamos hablado: la mención Moda y Gestión de la Facultad de Diseño de la Universidad de Desarrollo, y el cierre del año académico de la escuela de fotografía de moda y publicitaria Fotodesign. Ambos reductos educativos son destacables y están formando a las generaciones de diseñadores y fotógrafos de moda que serán el relevo de las actuales generaciones.
Pasarela D 2022.
Hace ya varios años, me convidaron de la Facultad de Diseño de la Universidad del Desarrollo a ser jurado de una iniciativa que habían ideado en conjunto con una marca de bolsos belga bastante conocida y usada. La idea era que los futuros diseñadores gráficos intervinieran algunos modelos de la marca y crearan accesorios que se ajustaran al lenguaje estético de la misma. En esa oportunidad quedé sorprendido de los resultados; los alumnos de diseño gráfico, una disciplina eminentemente 2D, se la habían ingeniado para decodificar muy bien la estética de la marca, que era uno de los encargos, a la vez de desarrollar trabajos técnicamente impecables. Me lamenté que la escuela no tuviese una división de diseño de moda que pudiese aportar a la creación de profesionales de esa calidad a la industria local.
Afortunadamente, la mención de moda ya es una realidad, y a pesar de que aún no ha egresado su primera generación, ya se adivina que los diseñadores de moda de la UDD serán los que darán que hablar en un par de años, los que refrescarán las propuestas del contexto de moda chilena, y por qué no…los diseñadores locales cuyas estéticas traspasarán nuestras fronteras.
Pasarela D es el nombre que tiene su desfile anual, que muestra el trabajo de los alumnos de varios cursos, un corolario del trabajo de todo un año, que los expone a la dinámica a la que se verán enfrentados luego de dejar su alma mater.
Una de las primeras cuestiones destacables de la instancia, es que los futuros diseñadores trabajaron bajo temáticas comunes, pero encajando en ellas sus propias estéticas particulares, a la vez que respondían a una estética global, de equipo. Mientras otras escuelas e instancias optan por la competencia, la UDD prefirió hacerlos trabajar bajo las premisa en que los jóvenes entienden hoy la moda: un fenómeno eminentemente colaborativo, donde las antiguas rencillas por mostrarse más que el resto ya son tendencia del pasado.
El hilo conductor de toda la pasarela, donde desfilaron todas las propuestas de los alumnos que cursan algún taller en la UDD, fue el tema “Vestir Urbano”. Bajo esa premisa, se presentaron diferentes subtemas que redundaron en indumentaria de vocación medidamente experimental. El trabajo de las y los alumnos llevó la expresión “proyecto universitario” al siguiente nivel. El acompañamiento de los académicos a cargo de esta nueva generación de diseñadores de vestuario se palpa. Connotados como Gabriela Olivares y Gabriel Zamora, y nuevos nombres de la academia como Luis Pino, fueron los encargados de guiar el trabajo y quehacer de los alumnos que experimentaron con siluetas, sublimación textil y diseños por partes iguales intrincados e interesantes.
Las propuestas más comerciales vinieron de la mano de dos marcas de retail, con las cuales los alumnos trabajaron para crear colecciones por encargo. Una colaboración destacable, si consideramos que los diseñadores locales siempre han deslindado en el retail responsabilidad por tener una industria de moda exigua. Las nuevas generaciones deben entender que del retail se aprende y se le acompaña en las oportunidades de mejora, se aprovechan las sinergias y se crean conexiones que perduren en el tiempo; la mención de moda y gestión de la UDD así lo entiende.
Los alumnos de esta Facultad descansan en buenas manos, sus profesores y guías intentan inculcar en ellos una formación integral y multidisciplinaria. Me quedo con las palabras de bienvenida que dio Natalia Yañez, Directora de la mención, que me parece resume muy bien el espíritu de esta escuela: “….nos permite decir con convicción que sí es posible la innovación, que sí es posible la transformación de una industria altamente contaminante e irresponsable a una industria sostenible y que se pone al servicio de las necesidades de nuestra sociedad contemporánea”.
Exposición Fotodesign.
Hace también ya varios años, me invitaron a ser el Director de esta escuela de fotografía que nació en Argentina y que hoy tiene sedes en Colombia, España y Chile. Yo tenía 28 o 29 años, había sido profesor del ramo Teoría de la Moda por un par de años, y los socios de la escuela me llamaron para hacerme cargo de la dirección. Fue un desafío mayúsculo y cansador para alguien que ya estaba a cargo de un emprendimiento, pero a esa edad uno se quiere comer el mundo, así que acepté gustoso y con mucho entusiasmo. Fue un partir desde cero en muchos ámbitos: la escuela se había cambiado a su actual ubicación en Barrio Italia y administrativamente hacía falta mucho que ordenar. Mi objetivo fue uno solo y muy ambicioso: que de Fotodesign salieran los mejores fotógrafos de moda de Chile.
Reformé el plan curricular, establecí vinculaciones reales de la escuela con la fotografía de moda local, creé un sistema de becas al talento, una escuela de verano e hice un recambio de profesores teniendo en mente que debían que ser docentes que estuvieran fuertemente ligados a la industria de la fotografía de moda. Hoy puedo decir con mucho orgullo, y gracias al trabajo de quienes vinieron después de mi y de todos los que a pulso construimos esa linda escuela, que el objetivo de que en Fotodesign se formen los mejores fotógrafos de moda de Chile se cumple con creces. En Fotodesign se forman los fotógrafos cuyas estéticas están renovando la panorámica local.
Todos los años, esta escuela hace una exposición con los exámenes finales y mejores trabajos de los alumnos que se forman en sus aulas. Este año no fue la excepción. Si bien es cierto, casi todos los trabajos finales tenían estéticas destacables, es inevitable elegir favoritos entre los favoritos. Más allá de la ceremonia de titulación, del baile y la buena música que se vivió en Santa Isabel 0664, hice una pequeña investigación de los alumnos cuyo trabajo más llamó mi atención y me atrevo a decir que, trabajo mediante y profundización de su lenguaje estético, serán fotógafos de moda que darán que hablar en un par de años.
Camila Sandoval (@___kamili)
Hay algo callado en la estética de Camila Sandoval que hace mucho ruido. Es como si sus fotos, aparentemente silentes y quietas, estuviesen a punto de implosionar. El acercamiento de Camila a la moda es a través de la imagen trivial, de la escena cotidiana que tiene una información dosificada que la hace tremendamente atractiva y enigmática.
Kiara Ferrer (@kiara.ferrer)
Kiara también apela a la sencillez. Es como si esta generación bombardeada por imágenes, contaminada por códigos estéticos intrincados quisiera volver a lo básico; a buscar la belleza en las imágenes y composiciones simples. Kiara muestra belleza sin aspavientos, nos regala cuadros a la vez simples y complejos.
Andrés Sandoval (@andresssandovv)
El portafolio de Andrés tiene elementos más típicos de la fotografía de moda, pero se adivina en su visión una inquietud por lograr cierta intimidad con quien observa su trabajo. Las y los modelos adquieren realce bajo el lente de Andrés, como si la ropa pasara a un segundo plano complementario, donde la figura humana y la persona son protagonistas de sus composiciones.
Vivan los jóvenes, vivan las nuevas visiones. Vivan las escuelas que crean agentes de cambio y vivan los talentos locales.